Las reglas son las mismas que en el dominó tradicional, sólo que en esta ocasión jugamos con fichas en las que -en vez de numeración- empleamos diversas texturas como fieltro, velcro, cinta aislante, madera, etc. con las que emparejar. ¡Ni que decir tiene que se juega con los ojos cerrados!, ¿verdad, Miguel?
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